A menos de dos semanas de que el Amazonas entre en el período seco, el nivel del afluente del río Negro que baña Manaos, la capital de Amazonas, ya ha bajado más de 1 metro respecto al mismo período del año pasado.
En las ciudades de Benjamin Constant y Tabatinga, en el extremo oeste del estado, ya se ven bancos de arena en el lecho del río Solimões.
La industria, que sufrió pérdidas multimillonarias en 2023, tendrá un régimen especial para la distribución de insumos y pedidos.
La principal terminal portuaria de la ciudad recibe cuatro barcos por semana.
Durante el período seco, si la navegación de grandes buques se vuelve imposible, se instalará un puerto fluvial en la ciudad de Itacoatiara, a 270 kilómetros de Manaos.
Allí los ferries deben recibir los contenedores y llevarlos a la capital.
Pero la mayor preocupación ahora es la población ribereña.
Porque fue quien más sufrió el aislamiento el año pasado.
Defensa Civil ya comenzó a distribuir canastas básicas de alimentos y aconsejó a los ribereños abastecerse de agua potable.
Fuente: Agencia Amazon