Las aguas del río Tarumã-açu, afluente del río Negro, han perdido terreno ante bancos de arena, lodo y grietas del suelo. Con el río seco, las comunidades indígenas y ribereñas quedan completamente aisladas y tienen problemas de agua potable, alimentos y suministros. Para llegar a una aldea de Saterê-Mawé en la región, es necesario recorrer parte del camino en barco y luego caminar durante dos horas para llegar a la aldea. El río conecta la zona rural con la ciudad de Manaus, la capital de Amazonas. La sequía de este año ha dejado los principales ríos del Amazonas en mínimos históricos. Cincuenta y nueve municipios del estado se encuentran en estado de emergencia. Ya son quinientas noventa mil personas afectadas por la sequía en 2023.
Fuente: Agencia Amazon