El fin de la marea baja provocó un “mar” de hierba que se apoderó de la costa de la ciudad de Manaos.
A primera vista, puede parecer una vegetación común, pero según el biólogo André Menezes, lo que parece inofensivo representa una amenaza para el ecosistema local:
- Las serpientes y los caimanes pueden esconderse en la hierba, lo que representa un peligro para quienes frecuentan la zona.
- La descomposición del césped contamina el agua y la hace insegura para realizar actividades acuáticas.
- La vegetación reduce la oxigenación del agua, perjudicando a los peces y otros seres vivos del río.
Según André, todo está relacionado con la oscilación de las aguas. “Durante la época de crecidas del río, los sedimentos acumulan muchos nutrientes en el fondo. Entonces, cuando llega la sequía, el suelo se vuelve fértil y apto para el crecimiento de la vegetación. Si nadie planta, la hierba aprovecha y crece”, explicó el biólogo.
“A medida que el río sube, la hierba que se forma se desprende del suelo, creando una “alfombra verde”. Al desprenderse del suelo, la vegetación queda muerta, llena de microorganismos y bacterias, que pueden suponer riesgos para la salud humana, además de perjudicar a los peces. Se trata de una vegetación densa y fibrosa que no desaparece fácilmente. Por ello, es necesaria la acción del Gobierno para eliminarla”, advirtió el biólogo.
Fuente: Agencia Amazon