Imágenes tomadas por vecinos de las localidades de Amajari y Uiramutã muestran las llamas destruyendo fincas, ranchos y puentes de madera de la región. El ganado está siendo trasladado a otras zonas alejadas del incendio. Pero existe riesgo de pérdida por falta de agua y pastos para los animales. Roraima enfrenta una severa sequía en 2024, reflejo del fenómeno de El Niño. La falta de lluvias y la vegetación seca con fuertes vientos favorecen la propagación de las llamas. Según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), el escenario de focos que pueden provocar incendios es el mayor jamás registrado en el estado en los últimos 25 años. El gobierno federal ha reconocido una situación de emergencia en 9 de los 15 municipios del estado.
Fuente: Agencia Amazon