La sequía en el Río Negro en 2024 está alterando el paisaje de la costa de Manaus y afectando la rutina tanto de la población como de los trabajadores de la zona portuaria.
El miércoles (4), el río estaba a 19,01 metros, 4,03 metros por debajo del mismo día del año pasado, cuando el nivel era de 23,04 metros.
Los datos proceden del Puerto de la capital, responsable de monitorear los niveles de agua.
Los bancos de arena obligan a los barcos a permanecer cada vez más alejados del lugar donde habitualmente atracan, cerca de la vía pública.
Esto afecta tanto a los visitantes que llegan en barco a la capital como a los trabajadores, que tienen que recorrer largas distancias a pie.
En agosto, la sequía avanzó de forma alarmante, con el nivel del Río Negro en Manaos bajando cinco metros, según datos de la Defensa Civil de Amazonas.
El gobierno del estado prevé que este año Amazonas vivirá una sequía severa similar o incluso peor que la que vivió el estado en 2023.
Durante la sequía del año pasado, el Río Negro alcanzó su nivel más bajo en los últimos 120 años.
Quienes trabajan con la navegación en los ríos amazónicos dicen que la mayor dificultad en este período son los bancos de arena que invaden el camino.
Señalan que esto se vuelve aún más complicado durante la noche, cuando la visibilidad es reducida.
Según el monitoreo de Defensa Civil, el Río Negro inició el mes de agosto midiendo 25,09 metros.
El sábado (31), las aguas midieron 20,02 metros.
También según la agencia, entre el sábado (31) y el domingo (1), el río bajó aún más, llegando a los 19,77 metros.
Pese al problema, investigadores del Servicio Geológico Brasileño (SGB) creen que el río no alcanzará el nivel de sequía de 2023, que fue de 12,70 metros.
La previsión para este año es que el nivel del agua rondará los 14 o 15 metros, lo que ya se considera muy bajo.

Fuente: Agencia Amazon