AMAZONAS, BRASIL - Un importante tramo de la Carretera Transamazónica fue tragado por las crecidas del río Madeira.
Cerca de 20 kilómetros de la BR-230 están bajo el agua, cortando el único acceso terrestre a la ciudad de Apuí y al distrito de Santo Antônio do Matupi, en Manicoré.
Ambas zonas han declarado el estado de emergencia.
La sección inundada se ha convertido en una trampa peligrosa. A pesar de los riesgos, algunos siguen intentando cruzar.
Baches ocultos y fuertes corrientes de los ríos ya han provocado varios accidentes.
Algunas comunidades han estado aisladas durante más de 36 días.
La perturbación está afectando al comercio local y la logística se está volviendo cada vez más difícil.
En respuesta, el Departamento Nacional de Infraestructura de Transporte (DNIT) lanzó una operación de emergencia y desplegó transbordadores.
Las embarcaciones tardan ahora hasta cuatro días en navegar los ríos Madeira y Aripuanã para llegar a la comunidad de Prainha.
Desde allí, el viaje continúa por tierra hasta Matupi y Apuí.
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